A nivel mundial, se estima que 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician anualmente, lo cual representa un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano. Esto causa pérdidas de alrededor de 680 mil millones de dólares en los países industrializados y de 310 mil millones en los países en desarrollo (FAO, 2011).
Estas estimaciones no sólo reflejan una ineficiencia en el uso de los recursos, sino también de un problema ético, considerando que 795 millones de personas padecen de hambre en el mundo (FAO, 2015).
Cuando se recuperan los alimentos o partes de ellos, que están en condiciones de ser consumidos, se generan múltiples beneficios para el medio ambiente, la economía del país y familiar. Las frutas y verduras, como son sus cáscaras, tallos, hojas, alimentos maduros, a nivel nutricional su composición nutricional es semejante al resto del alimento.
Según un estudio realizado en el año 2015 por Speisky (Laboratorista de antioxidantes INTA) analizó el contenido de compuestos antioxidantes y la capacidad antioxidantes, se destacan alimentos como la betarraga, cuyas hojas poseen el doble de capacidad antioxidante que la raíz, y el apio que tiene 20 veces mayor capacidad en sus hojas que en sus rama.
Es importante aclarar dos conceptos que pueden causar cierta confusión. Existen diversas definiciones en relación al concepto "pérdida de alimentos" referidas a la disminución de la cantidad de alimentos comestibles disponibles para ser consumidos, debido a la salida de la cadena alimentaria (etapa de de producción, post cosecha, almacenamiento o procesamiento), es decir, se pierden antes de llegar a comercializarse y no se destinan al consumo humano. Esta pérdida, sería mayor en países en vías de desarrollo. Por el contrario, se habla de “desperdicio de alimentos” cuando las pérdidas ocurren en los puntos de venta (ferias, almacenes o supermercados) o por mal manejo en los hogares, restaurantes, casinos, entre otros. El desperdicio, sería mayor en países desarrollados.
Acciones para evitar los desperdicios:
1. Planificación de la compra:
Revisa lo que tienes disponible en tu despensa y en el refrigerador
Planifica tu menú semanal
Elabora y sigue una lista de compra en base a un presupuesto.
Antes de salir, toma una fotografía a tu despensa y tu refrigerador verificando el espacio disponible para preservar tus alimentos.
2. Almacenamiento
Almacenar de acuerdo a si se trata de productos frescos, congelados o refrigerados.
Puedes incluso realizar compost, hummus, abono natural para tus plantas, fertilizante de té de plátano (cáscara del plátano) entre otros.
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